Desmitificando el TOC: cuando el control se vuelve una trampa mental

Written by AEQUI | Oct 8, 2025 12:57:12 PM
 
 
Cada octubre se conmemora la Semana de Concientización sobre el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), una oportunidad para mirar más allá de los estereotipos y comprender lo que realmente vive una persona con este trastorno.
Porque no, el TOC no se trata solo de orden, limpieza o perfeccionismo.

Qué es (y qué no es) el TOC
El Trastorno Obsesivo Compulsivo se caracteriza por la presencia de obsesiones (pensamientos intrusivos que generan ansiedad) y compulsiones (conductas o rituales que se repiten para aliviarla).
 
Por ejemplo: revisar varias veces una puerta, lavarse las manos sin parar o repetir mentalmente una frase “para evitar algo malo”.
El alivio llega, pero dura poco; pronto la duda regresa.
 
Por eso, no es una manía ni un rasgo de personalidad, sino un ciclo en el que el cerebro intenta recuperar el control.
 
Los falsos mitos más comunes
Hablar de TOC con ligereza puede invisibilizar lo difícil que es vivir con él.
Algunos mitos frecuentes son:
  • “El TOC es solo ser muy ordenado.”
  • “Se controla si uno quiere.”
  • “Si no se nota, no es grave.”
No todos los TOC se ven igual
El TOC no tiene una sola cara. Aunque el cine y la televisión suelen mostrarlo como una obsesión con el orden o la limpieza, existen distintos tipos de TOC que pueden pasar desapercibidos.
Algunos de los más frecuentes son:
  • TOC de contaminación: miedo intenso a los gérmenes, a enfermarse o a que algo “impuro” contamine objetos o personas. Puede llevar a lavarse las manos o limpiar de forma excesiva.
  • TOC de verificación: necesidad constante de comprobar que todo esté “bien hecho”: cerrar la puerta, apagar la estufa, enviar el correo correcto. El miedo a cometer un error genera una gran ansiedad.
  • TOC de simetría y orden: incomodidad o malestar si las cosas no están alineadas, en número par o en un orden exacto. No busca estética, sino aliviar la tensión mental que genera la sensación de “algo está mal”.
  •  TOC de pensamientos intrusivos o mentales: aparición de ideas, imágenes o frases no deseadas (a veces violentas, sexuales o moralmente inaceptables) que no reflejan los valores reales de la persona. Este tipo suele generar culpa, miedo o vergüenza, por lo que muchas veces se oculta.
  • TOC religioso o moral (scrupulosity): preocupación excesiva por cometer pecados, ofender a una figura divina o romper reglas morales. Las compulsiones pueden ser rezos o rituales mentales repetitivos.
  • TOC relacional: dudas persistentes sobre una relación amorosa o familiar (“¿Y si no lo amo lo suficiente?”, “¿Y si estoy con la persona equivocada?”), que llevan a buscar certezas imposibles.
  • TOC de responsabilidad o daño: miedo irracional a causar daño a otros, incluso sin intención. La persona puede evitar conducir, cocinar o cuidar a alguien por temor a lastimarlo.
Cada uno puede manifestarse con rituales mentales o conductuales, y en muchos casos, los tipos se combinan.
Por eso, el diagnóstico y el tratamiento siempre deben hacerse con acompañamiento profesional.
 
Cuando el control te controla
El TOC y la ansiedad suelen caminar juntos. La mente busca calma repitiendo rituales, pero ese alivio refuerza el mismo ciclo: 
miedo → ritual → calma → duda → más miedo.
 
Intentar tener todo bajo control termina por convertirse en lo que más nos controla.
Con el tiempo, el cansancio mental aumenta y la vida empieza a girar en torno a evitar la ansiedad.
 
Señales de alerta
Podrías necesitar acompañamiento profesional si:
  • Sientes miedo intenso a que algo malo ocurra si no realizas ciertos rituales.
  • Pasas más de una hora al día revisando o repitiendo acciones.
  • Tienes pensamientos intrusivos que generan culpa o angustia.
  • La necesidad de control afecta tu descanso, trabajo o relaciones.
  • Has empezado a tener dificultades en tus relaciones familiares, laborales o de pareja, o incluso a evitar actividades cotidianas por el malestar que generan los pensamientos o rituales.
Reconocerlo no es etiquetarse, es dar el primer paso para buscar acompañamiento.
 
Un trabajo conjunto que marca la diferencia
El TOC sí tiene tratamiento efectivo, en AEQUI abordamos el TOC desde una mirada interdisciplinaria, en la que psicología, neuropsicología, psiquiatría y terapia ocupacional trabajan de forma articulada para brindar un proceso completo.
Desde la psicología, se acompaña la comprensión y transformación de los pensamientos obsesivos.
La psiquiatría apoya la regulación emocional y, cuando es necesario, complementa el proceso con tratamiento farmacológico.
Y la terapia ocupacional ayuda a recuperar rutinas, autonomía y bienestar, facilitando el regreso a las actividades que el TOC suele limitar.