Hay días en los que no sabes muy bien qué te pasa. Solo sabes que hay algo dando vueltas en tu cabeza y que no te deja tranquila/o. Y aunque intentas seguir con tu rutina, sientes que necesitas parar… aunque sea un momento.
Escribir puede ser ese momento
No para escribir algo bonito ni profundo, solo para vaciar un poco lo que llevas dentro... Eso es journaling: un espacio para ti, sin juicios, sin reglas, y sí, también es una forma de cuidar tu salud mental.
¿Qué es journaling y por qué puede ayudarte?
Hacer journaling es escribir lo que piensas, lo que sientes, lo que no sabes cómo decir en voz alta. No hay una fórmula. No hay estructura. Y justo por eso funciona. Es una forma sencilla —pero muy poderosa— de escucharte con más calma. Muchas personas lo usan como complemento a sus procesos terapéuticos, otras como ritual personal. Lo importante no es la frecuencia, ni el estilo… es la intención de detenerte un momento y mirar hacia adentro.
Beneficios del journaling para la salud mental
- Te ayuda a identificar lo que estás sintiendo (aunque al principio no lo tengas claro).
- Alivia la ansiedad y libera carga emocional.
- Te da perspectiva cuando estás abrumada/o.
- Te permite reconocer patrones, pensamientos y emociones que se repiten.
- Se vuelve un registro valioso si estás en terapia o en un proceso de cambio personal.
Y lo más importante: te conecta contigo misma/o sin necesidad de explicarte ante nadie.
¿Cómo empezar a hacer journaling sin presión?
Primero, olvídate de la idea de que tiene que ser diario, perfecto o profundo. Puedes empezar escribiendo una sola frase. O tres. O un párrafo suelto. Esto es para ti. Y tú decides cómo usarlo.
Algunas ideas para romper el hielo:
- ¿Qué necesito hoy?
- ¿Qué me está costando últimamente?
- ¿Qué parte de mí estoy descuidando?
- ¿Qué me gustaría soltar?
- ¿Qué cosas me dieron calma esta semana?
Puedes hacerlo en una libreta, en tu celular, en una nota de voz. Lo importante es crear un espacio donde puedas ser honesta/o contigo!
Lo que no es journaling
Este no es un hábito para exigirte más, tampoco es una tarea más que “debes” cumplir, ni un reto de 21 días para “ser más productiva/o”. No es para que te sientas culpable si no lo haces... Es una herramienta emocional.
Una forma de pausa, un espacio seguro donde no necesitas tener respuestas. Y como cualquier herramienta de autocuidado, no tiene que hacerse perfecto para que funcione.