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TDAH: Mucho más que distracción

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurológica que muchas veces pasa desapercibida, se subestima o se malinterpreta. Para algunas personas, fue etiquetado como “mal comportamiento” en la infancia. Para otras, es un diagnóstico que llegó tarde, en la adultez, cuando todo hacía clic. En este blog queremos hablarte claro sobre qué es realmente el TDAH, cómo se manifiesta en diferentes etapas de la vida y por qué no se trata solo de tener “la mente en otro lado”.

¿Qué es el TDAH? 

El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) es una condición del neurodesarrollo que afecta funciones como la atención, la organización, el control de impulsos y la regulación emocional.

No es una “moda”, ni una excusa para justificar comportamientos. Es real, y puede tener un impacto importante en la vida diaria, las relaciones y el bienestar emocional si no se comprende y acompaña.

¿Cómo saber si tengo TDAH?

(Sin caer en el autodiagnóstico de TikTok)
 
 Es normal que al leer sobre el TDAH sientas que “todo te aplica”. Pero eso no significa que tengas el diagnóstico. Aún así, hay señales que pueden generar sospechas válidas y que merecen ser escuchadas por profesionales.
 
Algunas señales comunes en personas adultas:
  • Dificultad para concentrarte en tareas largas o repetitivas
  • Sensación de estar “a mil” por dentro, incluso en calma
  • Problemas con la organización o la gestión del tiempo
  • Impulsividad al hablar, comprar o tomar decisiones
  • Hipersensibilidad emocional o cambios de ánimo repentinos
  • Hiperfocos: te obsesionas con algo y pierdes la noción del tiempo
  • Constante sensación de frustración por no cumplir tus propias expectativas
Si varias de estas señales resuenan contigo, es importante buscar acompañamiento profesional. El autoconocimiento es importante, pero el autodiagnóstico puede ser confuso y peligroso.
 

TDAH en niños/as vs TDAH en adultos

El TDAH no se “cura” al crecer. Cambia.
Lo que en la infancia se ve como dificultad para quedarse quieto o hacer caso, en la adultez puede transformarse en ansiedad, agotamiento, sobrecarga mental o problemas para sostener rutinas.

En la infancia:       
  • Dificultad para seguir instrucciones
  • Movimiento constante / hiperactividad
  • Bajo rendimiento escolar pese a altas capacidades
  • Impulsividad en juegos o relaciones

En la adultez:

  • Dificultad para terminar proyectos
  • Inquietud interna constante
  • Inestabilidad emocional y laboral
  • Impulsividad financiera o emocional

Comprender cómo se manifiesta el TDAH en cada etapa ayuda a evitar juicios injustos. No es falta de voluntad. Es una forma distinta de procesar el mundo.

¿Por qué buscar acompañamiento?

Recibir un diagnóstico no lo cambia todo, pero puede cambiar mucho. Permite entenderte, explicarte, y construir estrategias para navegar tu día a día con más amabilidad. El acompañamiento psicológico puede ayudarte a:
  • Reorganizar tu rutina sin culpa
  • Crear estrategias de autorregulación emocional
  • Comprender tu historia desde otra perspectiva
  • Dejar de exigirte funcionar como las demás personas

En AEQUI hablamos de esto sin juicios

Desde nuestra mirada de salud integral, acompañamos a personas con sospechas de TDAH, diagnósticos confirmados, o simplemente con una sensación persistente de “¿por qué me cuesta tanto esto que a otras personas les sale fácil?”.

 

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