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Confinamiento literario

Confinamiento literario

Los/las usuarios/as de AEQUI expresan y cuentan sus vivencias durante la cuarentena a través del arte.

En AEQUI abrimos canales de comunicación y acompañamos a la población, generando herramientas que permitan una buena salud mental en las personas, especialmente en momentos de crisis.

Las palabras de nuestra comunidad AEQUI

En la soledad de la ciudad las familias vuelven a su estado inicial

La reprimenda cobra sentido y los ojos de todos se cierran y se abren a la vez

El comedor vuelve a estar lleno y las palabras abandonadas aparecieron de nuevo

Ya no se vende el tiempo, hoy se cuida, se atiende y se ama.

R.R

Dios Padre Celestial te busco angustiada cuando me siento pérdida y tú siempre me abrigas con tus alas extendidas.

Amo mi vida, Amo a los míos, quiero a mí prójimo con simpatía.

Te quiero tierra mía, me comprometo a cuidarte, valorarte cada día para respirarte por larga vida.

Familia sin ti me perdería de melancolía al despertar cada día y descubrir la soledad como compañía y sin Alegría.

Sin Oración me siento vacía, se torna oscura la vida mía, Dios es mi auxilio que me sorprende con su presencia día tras día.

Lucero Gómez

Coronados con el COVID 19

Oculto en lugares que nunca imaginamos

Reaccionando todos los países del

Orbe, nos hiciste crear conciencia a todas las

Naciones incluyendo a ricos y pobres

A tomas decisiones difíciles

Virus horroroso

Invencibles saldremos

Relajados en casa, unidos venceremos

Un recuerdo triste en el futuro

Serás

Danelia Ríos de Aguilera

Ayer éramos la especie superior: dominando, explotando y destruyendo el mundo con total libertinaje y sin pensar en las consecuencias futuras. Pues competíamos en una carrera de ambiciones, egoísmos e inconciencia. ¿De qué nos sirvió tanto stress, el poder y el tener? De nada en absoluto…

Hoy no somos más que seres temerosos y angustiados por un futuro incierto, pues el coronavirus nos puso a todos a pagar “casa por cárcel” por nuestra propia autodestrucción, en la que no pensamos en nada ni en nadie.

Ahora que un pequeño virus nos obliga a hacer un alto en el camino, tenemos el tiempo para reflexionar sobre nuestro mal actuar. Es hora de despertar y valorar lo verdaderamente importante:

Nuestra familia, el compartir pequeños momentos con lo que somos, interiorizando y sacando lo mejor del corazón en donde está la verdadera felicidad.

Y si aún tenemos tiempo, cada uno verá a que se compromete con el cambio, para ser mejor ser humano, dotado de inteligencia; para lograr construir entre todos un mejor futuro y alcanzar una verdadera transformación.

Muchos ya no tendrán otra oportunidad… Roguemos que no sea muy tarde para lograr el cambio en nuestro interior y en el planeta pues es urgente y necesario.

– Ruth Janneth Velandia Gómez

Quédate en Casa

Con protocolos

Con recomendaciones

Con restricciones

Con aislamiento preventivo

Realizando protección básica en casa

Prevenimos la propagación

De tan famoso virus

Para no deprimirnos

Y no dejar que la pereza nos invada

Realizamos  actividades en familia

Que nos ayudan a conocernos

Y a expresar nuestro amor.

– Nubia B Beltrán T

En esta cuarentena con aislamiento social

Toco sacar el talento para con el mundo podernos comunicar

La tecnología nos permitió de manera virtual

Las clases recibir y la terapia realizar

Aunque el ambiente invitaba a la pereza disfrutar

La disciplina y el amor personal

Pudieron más para nuestro crecimiento personal avanzar.

A leer, a escribir, a no ahogarnos en el mar de la información

Que desinformación y estrés en nosotros causaba

Por tanta desinformación

La cuarentena permitió

Que muchos hombres y mujeres

Con sacrificio y compromiso su vida,

Su familia y sus sueños aplazar para a otros salvar.

Ejemplo de amor y lucha

Permitieron muchas vidas salvar

Y en nuestras casas alimentos llevar

La invitación a orar

Muchas veces se repitió

En estas circunstancias Dios

Renació en muchos corazones

Que su vida sin sentido caminaba

Pudo más la solidaridad y el compromiso

La lucha y el optimismo

Por la humanidad salvar.

Los muchos egoístas, tacaños,

Envidiosos e individualistas

En la historia aparecerán

Pero el mundo los olvidara

Porque la solidaridad ganara

– Orlando Beltrán Torres

Amor panadero

Esta es la historia de una tostada y un pan francés. Se conocieron durante un domingo en aquella vitrina reluciente y cálida que alivianaba el paso por el horno y les permitía frescura y relajamiento. Fue amor a primera vista, en el caso del pan francés, fue cautivado por ese color dorado combinado con leves rayos color café, pero sobretodo por esa dureza que la caracterizaba cómo una tostada firme, fuerte y con carácter. El pan francés ya había tenido otras experiencias y odiaba enormemente la flacidez del pan rollo y ni hablar de la ternura ridícula de la mogolla integral. Ésta tostada, era en principio perfecta para él, las orejitas y las curvas en su cuerpo la hacían ver cada vez más excitante. El francés era presumido, gallardo y su arrogancia lo hacía todo un misántropo.

Cuando la tostada vió al pan francés fijó sus ojos en aquella gama de colores que abarcaba desde el blanco hasta el dorado. Tenía un excelente bronceado y aquel talante, arrogancia y seguridad con la que lo veía pasearse por toda la vitrina entre galletas, bizcochos y merengues, le daba la seguridad de que en su interior, aún habría un ser suave, quesudo y completamente distinto a su exterior.

Finalmente se acercaron el uno al otro y con la elocuencia y fluidez de los panes comenzaron a pasear juntos. No pararon de reir en todo el día, se burlaban de todo y de todos – mira ese empalagoso brownie, es el Luther King de los panes, decía la tostada. El francés por no quedarse atrás ante los comentarios de su compañera decía – mira este pan de salvado- ja ja ja ja un consuelo para los obesos. Y así se burlaron de la galleta con tres ojos por no tener boca, de la media luna por estar incompleta y hasta del festival que llevaba el negro en su superficie.

Al caer la tarde, exaustos por el recorrido y por las carcajadas, se despidieron anunciando sus deseos de ver al otro al siguiente día. Adios – dijo la tostada

– ja ja ja sin cursilerías porfavor tostada, te veré mañana.

-cómo quieras franchute

– Me encanta, pensó el francés

Esa noche fue de recuerdos, insomnio y tranquilidad, hasta que las persianas del almacén se abrieron el día lunes. Luego de estirarse, la tostada y el francés se encontraron de nuevo y encantados el uno con el otro continuaron con un nuevo recorrido en la vitrina.

Caminaban juntos el uno al lado del otro por entre moronas y residuos de compañeros ajenos que jamás conocieron y que tampoco les importó.  Que quisieras hacer hoy? – preguntó la tostada

-Me da igual, respondió el francés

-Cómo te va a dar igual, dijo la tostada. No es lo mismo estar en esta vitrina que en un canasto sobre el banquete de cualquier familia de la ciudad, no es lo mismo andar así como nosotros bien preparados que estar mal cocido y con moho.

– Basura, harina es harina, respondió el francés

– ja ja ja, soltó la tostada.  eres un malcriado francesito. Supongo que así te sientes bien

– y si. Respondío.   Cuanto tiempo piensas andar por acá tostada?

– No lo sé, por ahora me siento bien acá pero si mañana no me ves por ahí, seguro estaré con una deliciosa capa de manteca sobre mi. Así que de una vez, un gusto conocerte franchute.

-No temes que te coman? Preguntó el francés

– Es nuestro destino, no la puedo hacer de mártir, ni tirar suspiros al aire sin sentido.

Y así, siguieron el uno junto al otro viendo como eran cada vez menos en la vitrina. Al anochecer el francés con firmeza dijo – nos vemos.

Adios, contestó la tostada.

Fue la madrugada más intensa que cada cuál tuvo, la tostada no paraba de pensar en cuando podría conocer a ese personaje dulce y suave que sabía y existía en el interior del francés.

Puras apariencias – pensó la tostada, hasta miedo tiene de que lo coman

Sentía ganas y deseo de estar con el, extrañaba su forma de expresarse, su agresividad y esa manera en que parecía no importarle nada. Sabía que todos en la vitrina lo admiraban por eso.

Ya está, mañana al amanecer lo primero que haré será decirle que lo extraño y que lo quiero

Por su lado, el francés se recostó en los rescoldos de una vieja torta. Mientras contemplaba su torneada piel, pensaba – que hará la tostada? Es tan segura de sí misma, tan fuerte, inquebrantable y dueña de lo que dice y hace.

-Que hacer?

-jamás me había pasado esto, no puedo mostrarme débil ante los demás

– No puedo demostrarle lo que siento

Luego de un rato de cavilación, el francés cerro sus ojos aceptando la idea de querer profundamente a la tostada

El día martes, salió a caminar el francés, sin embargo, no había recuerdo en sí sobre los pensamientos nocturnos. Se encontraba mal humorado y frustrado al ver que a la vitrina llegaban nuevos panes. Buen día francés- le decía la almojábana- y él caminaba , hosco sin responder ninguna pregunta ni saludo. Estaba harto, no quería saber de nada ni de nadie, ni siquiera le interesaba entender lo que le pasaba, solo caminaba, sin sentido y sin razón. Era como si todo en el se hubiese apagado. Era un pan seco. Después de caminar casi medio día y sentirse un poco cansado, se fue a recostar al respaldo de un grupo de bizcochos y mientras intentaba tomar la siesta, daba vueltas de un lado a otro, maldecía en silencio y lo único que quería era dormir. De pronto, consiguió una postura adecuada y cómoda, y al instante escuchó un gemido.

Triste vida  mía, el tiempo me ha caído y ya no puedo ni moverme. Estoy tan flácida y descolorida que no valgo ni la levadura que han puesto en mi. Que va a ser de mi ahora? Quien viene a buscar una tostada blanda y vieja?.

Y así pasaron el resto de la tarde y noche, el francés escuchando los lamentos de la tostada y ésta a su vez quejío tras quejío renegaba de sí y de no haber podido conocer la suavidad de su amor panadero.

Una hora más tarde ambos harían parte de la misma bolsa de migas.

– S.L.

¡¡¡Gracias totales!!!

Un virus que apareció de la “nada”, un día cualquiera, en un punto X del planeta y que en pocos días viajo a tierras muy lejanas dejando a su paso angustia, aislamiento, quietud, encierro, soledad y un total caos en el mundo entero.

Pero a pesar de todo el daño causado con su llegada, separaciones y muertes sin despedida; logro hacer algo muy bueno en la sociedad, obligo al ser humano a volver a lo primordial, reunió familias, hizo que el dinero, el tener y el poder no fueran importantes, los padres se hicieron cargo de los hijos volviendo a la labor de enseñándoles y ayudarles a hacer las tareas, los ancianos fueron valorados y cuidados como verdaderas joyas, el descanso fue posible, el afán ya no aplico, hubo suficiente tiempo para aprender cosas nuevas, para desarrollar la creatividad, para viajar leyendo libros nuevos y lo más importante para encontrarse con Dios.

– Angela Jimena Rios

Crece mi pecho

al compás del corazón,

subo los hombros

y soplo el viento

y tu recuerdo,

me devuelve el aire.

Y no sé qué hacer

con la emoción

de mi corazón,

si siento

que el aire se me escapa,

de corridita hasta tu ventana.

Me gusta verte y abrazarte

sin dejar de rozarte

con ese suspiro que me inspira

este verso que te escribo.

Quiero verte sonreír

para comprender mi futuro,

si es estar a tu lado,

o seguir de lado a lado.

– Edison Fino

UN PENSAMIENTO PROFUNDO, BAJO EL SAMAN

Un día cuando era infante, encontré una bella carta de tonalidades verdes intercaladas, la curiosidad me permitió abrirla y encontrar una semilla de rosa junto al mensaje. Me senté bajo la sombra del Samán, recordando como las figuras literarias ocultan grandes prosas en la comunicación. Inmediatamente se movió la perilla de mi cerebro, abriendo los pensamientos ecológicos al mantener la esperanza de la naturaleza inmersa en el color.

La carta inicia “Sabías… lo árboles son nuestra mayor reserva de la vida, ya que poseen el manual del oxígeno para los seres vivos”. De esta manera, se acaba el desierto del mundo y nos permiten llegar a la cúpula del siglo XXI, un mundo resplandeciente en el fino bordado de los niños, quienes crecen y maduran rápidamente como un melocotonero.

Preciosas plantas que a pesar de sus cortas vidas, nos iluminan como las luciérnagas empleando la magia de su bioluminiscencia  en el idealismo del planeta tierra.Tal como se ha evidenciado en la pandemia actual que  nos conlleva a estar en la sana convivencia familiar, surgiendo en la necesidad de fulminar el manto de la polución, buscando que nuestros hijos sean magistrales en el mañana no lejano, y los animales del mundo gocen la libertad e independencia junto al homo sapiens.

El mensaje de la carta se ve intangible pero más vivencial durante los cambios que surgen en los momentos más urgidos del existir, como lo es la invasión territorial por parte del ser humano anhelando su satisfacción en los deseos mundanos del entorno capitalista. Sin embargo, algunos  seres humanos luchamos por una pequeña población,  protegemos y cuidamos cualquier especie desde ser vegetarianos, proteger la reconciliación del animal humano o no humano, ahorrar agua en todo momento  y sonreír al disfrutar las caminas ecológicos.

Los sueños transformados en metas logran acabar con la tendencia destructiva de este tiempo, llegando a ser cruciales para la existencia de la  humanidad, donde florecerá el azul celeste en un cielo impoluto y diáfano, hasta los ecosistemas acutáticos esplendorosos, iluminando como estrellas en el secante universo.

– Diana Lavad

Rebeca, a la libertad desde una taza de té

Un gato negro azabache sentado frente a un espejo de cristal de roca, enmarcado en una talla de cedro negro forrado en laminilla dorada, miraba como su linda cola se movía cual péndulo que cuenta el inefable paso del tiempo con su parsimonioso ritmo. Cerca, estaba una mesa y sobre ella una linda guirnalda que otrora lució vivos colores. Su ama, la señora Rebeca, leía la suerte mientras comía una deliciosa granada con una cucharilla de plata, obsequio que años antes le hizo una agradecida clienta. Con las cartas del tarot formó una pirámide tan hábilmente que parecía construida por una persona llena de juventud.

La pitonisa, abrigada con una bufanda de Cachemira, vivía en una antigua casa con un techo alto de madera, el cual ella observa fascinada por los niveles entre sus vigas. Su casa estaba en el número cinco de la Urbanización Torre Vieja, que pertenecía a una inmobiliaria particular del municipio.

Era una mujer misteriosa, tenía en su bureau un cofre y dentro de él, una libreta con cubierta de cuero, ajado por el uso y los años, con muchos números y símbolos.

Vestía un elegante, pero desgastado traje azul con olor a naftalina, miraba tristemente a través de la ventana como quién espera a un lejano amor. Sus ojos se llenan de lágrimas al recordar su juventud perdida. Para sentirse mejor, toma una taza de té de manzanilla y una vez termina, observa las formas que dejan los residuos y se maravilla al ver que su futuro está abierto a grandes triunfos.

El optimista mensaje que le daba esta predicción, se convertiría en semilla para pensar en cambiar su destino. Sin embargo, una sombra de antaño le hace recordar obscuros secretos de malas decisiones. Se dirige presurosa a su estudio para buscar su libreta y al mover la perilla para abrir la puerta, se tropieza con una vieja y pesada alcancía de bronce cuya pátina parece ocultar historias que no se quieren contar y en la que guarda monedas antiguas. Se incorpora, coge su libreta, la guarda en una bolsa y abriendo un hueco en el jardín entre las raíces de unos sombríos árboles de sauce, la entierra junto con su pasado, como siguiendo un manual del ocultista.

En busca de una nueva vida, toma en brazos a su gato azabache y huye a un lejano desierto, refugiándose en una cabaña con un techo en forma de cúpula de vidrio, desde la cual puede observar una vez más, pero con mayor detalle, las estrellas y las constelaciones por la que ha guiado su vida y las de otros, pero ahora las ve como una nueva revelación de mundos y futuros mejores, y sonríe,  dejando atrás su pasado.

– María del Pilar Paredes Sosa

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