En AEQUI trabajamos por y para la salud integral de todas y todos. Este término nos habla del balance entre una mente y un cuerpo sanos, y está enfocado en el fortalecimiento y/o rehabilitación de las habilidades y capacidades de cada persona para lograr beneficios a corto, mediano y largo plazo. A continuación, te explicamos todo lo relacionado a la salud integral y cómo conseguir una vida sana.
¿Qué es la salud integral?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud integral es el estado de bienestar físico, emocional y social de un individuo. Es decir, es importante que cada persona tenga un cuerpo sano, una mente en forma y que se adapte y desarrolle de forma adecuada con su entorno.
¿Qué compone la salud integral?
1. La salud física
La salud física se refiere al buen funcionamiento de los órganos y sistemas del cuerpo humano. Cuando el cuerpo funciona correctamente la salud física es buena.
2. La salud mental
Al padecer problemas de salud mental, se pueden presentar afectaciones físicas relacionadas, y se presentan cuando la persona presenta síntomas que afectan su pensamiento, percepción de la realidad y estado de ánimo.
3. La salud psicosocial
Está determinada por factores como la inclusión social, los derechos humanos, tener las necesidades básicas satisfechas, y un clima escolar y laboral positivo, entre otras variables. Es la habilidad para la adaptación y la autogestión ante los desafíos del entorno, así como la capacidad para desarrollar relaciones satisfactorias con otras personas.
Todos/as nosotros/as necesitamos interactuar con nuestro entorno para sobrevivir, relacionarnos con otras personas y con el ambiente que nos rodea. Además, cada persona realiza una serie de funciones que ayudan a la sociedad a progresar.
Existen algunos factores que la OMS tiene identificados como determinantes sociales de la salud en general, y, en particular, de la salud social.
Estos son:
- Condiciones de empleo.
- Exclusión social.
- Programas de salud públicos.
- Equidad de género.
- Desarrollo infantil temprano.
- Globalización.
- Sistemas de salud.
- Evaluación de las variables de salud.
- Urbanización saludable.
- Salud integral
Tips para el cuidado de la salud integral
Alimenta a tu cuerpo con lo que necesita.
En tu dieta debe existir un consumo equilibrado de todos los nutrientes provenientes de proteínas, frutas, verduras, legumbres, carbohidratos y grasas naturales. El consumo moderado de alimentos, debe ser la norma básica de nutrirse adecuadamente y de acuerdo a las necesidades calóricas de tu cuerpo y actividad diaria.
Opta por la cocción sana.
Cocinar los alimentos al vapor, a la plancha o el horno son excelentes opciones para cocinar de manera saludable sin renunciar al sabor, el cual puedes potenciar con especias y vinagres, pero sin abusar de la sal. Reserva las frituras y las salsas solo para ocasiones especiales.
Hidrátate como necesitas
Tu organismo precisa de la cantidad adecuada de agua según tu peso y actividad física. También se pueden tomar jugos naturales, infusiones y caldos. Modera el consumo de alcohol y no fumes No es necesario eliminar por completo el vino y la cerveza, porque ambas bebidas contienen nutrientes saludables, pero los hombres no deberían beber más de dos o tres vasos al día y las mujeres, uno y medio. El tabaco sí debe ser directamente suprimido, pues constituye un factor de riesgo a la hora de desarrollar numerosas enfermedades.
Apuesta por la vida activa
Huye del sedentarismo. Además de los treinta minutos de actividad física moderada que la OMS aconseja diariamente, opta por incorporar hábitos como caminar en vez de usar el carro o subir por las escaleras en lugar de utilizar el ascensor. Duerme entre 6 a 8 horas diarias. El descanso es fundamental para nuestro cuerpo. Tu capacidad de concentración aumentará en el trabajo o en clase y te sentirás con mucha más energía para realizar cualquier actividad si duermes al menos ocho horas al día, siguiendo siempre unos horarios regulares.
Lávate las manos a menudo con agua y jabón
Especialmente después de ir al baño o tras estornudar o toser. Cuida también la higiene al cocinar, evitando, por ejemplo, el contacto entre alimentos crudos y cocinados y manteniendo limpios los utensilios y superficies de cocina. Estas medidas son útiles para prevenir infecciones y contagios.
Mente sana, cuerpo sano
Ser optimista a pesar de las dificultades, aumentará tus probabilidades de disfrutar también de una buena salud. Reserva tiempo para actividades placenteras y para relacionarte socialmente. Cuando afrontes un problema, pide ayuda a los demás y no temas expresar tus opiniones y sentimientos a las personas de confianza.
Cuida tu mente, como cuidas tu cuerpo
Deja de un lado los estigmas puestos sobre los profesionales en salud mental. Así como acudes al médico por chequeos generales, al oftalmólogo para chequearte la vista o incluso al odontólogo para revisar si tu salud bucal se encuentra en orden, también puedes acudir al psicólogo para evaluaciones de rutina que te permitan saber el estado de tu salud mental y brindarte herramientas para que puedas vivir un vida plena y en equilibrio.
Acude a revisiones médicas habituales y no te automediques
Someterte a chequeos médicos periódicos puede ayudarte a prevenir y detectar de manera precoz la aparición de enfermedades. Además, siempre que sea posible, vacúnate para prevenir infecciones y nunca te automediques. Recuerda que, al tomar antibióticos sin receta médica, puedes estar contribuyendo al aumento de la resistencia de las bacterias patógenas, además de exponer tu organismo a efectos secundarios adversos.
En nuestro centro ponemos a tu disposición expertos en salud mental y física, dispuestos a ayudarte y darte todas las herramientas que necesitas para lograr tu bienestar.